En los últimos 5 años, he disfrutado tomarme un momento al final del año para reflexionar sobre el pasado, celebrar mis logros, aprender de mis desafíos y establecer una dirección clara para el futuro.
Algunos de los beneficios que obtengo de este proceso incluyen: claridad sobre mis intenciones para el futuro e integración de las lecciones del año.
Si prefieres un enfoque más breve para la reflexión anual, me gustaría recomendarte la revisión minimalista de James Clear. Él lo hace respondiendo a tres preguntas: 1. ¿Qué salió bien este año? 2. ¿Qué no salió tan bien este año? 3. ¿Qué aprendí?
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- ¿Cuándo me sentí más vivo/a, realizado/a o alineado/a con mi verdadero yo este año? ¿De qué estoy más orgulloso/a?
- ¿Qué desafíos formaron mi crecimiento en 2024, y qué aprendizajes clave llevaré hacia adelante?
- Mirando cómo pasé mi tiempo, ¿qué tan bien se alineó con mis valores fundamentales?
- ¿Cuáles relaciones llenaron mi copa este año?
- ¿Cuáles hábitos, prácticas, límites o rutinas mejoraron mi vida este año?
- ¿Cuáles nuevos hábitos, prácticas, límites o rutinas mejoraron mi vida este año?
- Las cosas que estoy listo/a para soltar de 2024?
- ¿Qué sueños estoy sosteniendo para mí y para mi comunidad en 2025 (tanto en quién quiero ser como en lo que quiero hacer)? ¿Cómo se siente el éxito para mí?
- ¿Cómo puedo alinear mejor mis recursos (tiempo, dinero, energía) con lo que más me importa?
- ¿Qué mensaje, mantra o imagen quiero llevar conmigo mientras entro en 2025?